La elegancia y el buen gusto dedicado a fumadores y no fumadores con espléndidos comedores al aire libre.
El Chalet, convertido en restaurante, consta de dos plantas, cocina, bodega y terraza ojardín, en la parte posterior de la casa. Su distinguido portón escuda los jardines queadornan la entrada.
Al cruzar sus puertas, el salón Aranda y el salón Cristalera nos deleitan con su refinada decoración, y al fondo, ella parte de atrás del chalet, su cuidado jardín (abierto en primavera y verano) permite disfrutar al aire libre de grandes comidas.
Presenta una sugerente carta con productos de gran calidad para elaborar desde sencillos y clásicos platos hasta los más elaborados y cuidados, dentro su dinámica y creativa cocina. Todo ello sin perder el equilibrio necesario para agradar a los comensales.Su cocina se caracteriza por ser una cocina de mercado, creativa y dinámica, en constante evolución, en la que prima la calidad del producto y en la que se potencian las materias de temporada.Entre sus servicios también destaca su extensa carta de vinos, con una amplia variedad de botellas de denominación de origen entre las que poder elegir con laayuda y conocimiento de los profesionales que conforman el equipo de El Chalet.Juntos trabajan día a día por el cliente, por mejorar y garantizar el servicio perfecto para su clientela, cuidando su atención y profesionalidad.
Entre sus actividades hay que destacar las conocidas Jornadas Gastronómicas que se celebran en El Chalet: “Las tapas y trufas en febrero, el menú del bacalao y la Cuaresma (marzo) o del cazador y algunas setas (noviembre)”. Entre sus recomendaciones ellos nos aconsejan no perdernos su clásico steak tartare o su arroz caldoso.En definitiva, el lugar idóneo donde acudir para hacer de un encuentro un día especial y donde encontrar el mejor rincón al aire libre, elegante y acogedor, para disfrutar de suculentos platos mientras se da rienda suelta al placer de fumar.